El control de pérdidas en la organización es un modelo de gestión que debe orientar los esfuerzos a la identificación y el control de las causas básicas de los accidentes, la identificación y evaluación de acciones que vayan en contra del mantenimiento y conservación de los activos; teniendo en cuenta la importancia de desarrollarla en cada uno de los procesos que se tienen instaurados.

Para realizar la labor como líder del restaurante es importante el reconocimiento permanente de los procedimientos bajo la guía, el control y la aplicación de lo que está establecido, lo cual permitirá la identificación de puntos críticos y/o centros de gravedad que de ser controlados concederá ajustes desde su dirección y así minimizar las pérdidas que van en contra del mantenimiento de los activos de la compañía.

Para dar más claridad a este concepto se establecerán algunos ejemplos que nos ampliara más información sobre este tema:

Algunas de las situaciones que se podrían identificar o presentar, se describen a continuación:

• Un cable de luz que no está aislado o que esta descubierto en sus partes y que a la vez puede generar chispa.
• Un extintor que no esté al día (vencido) o que su componente no corresponde a lo requerido.
• Una puerta sin candado.
• Un colaborador realizando la labor sin la utilización de los elementos asignados y necesarios.
• No tener consignados números telefónicos para emergencias en su restaurante.
• Cambiar a un colaborador de labor sin este tener la preparación y entrenamiento correspondiente.
• Una llave de agua abierta sin ningún control o que no está prestando servicio alguno.
• Un vidrio sin señalización fluorescente en un acceso al restaurante.
• La realización de aseo de pisos sin las señales correspondientes.

Son situaciones que de una u otra manera se establecen como riesgo, que de llegar a materializarse pueden ocasionar pérdidas a la organización y que de acuerdo a lo observado son de fácil identificación.

Control de pérdidas es una práctica administrativa que tiene como objetivo neutralizar los efectos destructivos de las pérdidas potenciales o reales, que resultan de los acontecimientos no deseados, relacionados con los peligros de la operación.