La huella de carbono cuantifica la cantidad
de emisiones de GEI Gases Efecto
Invernadero, expresadas en toneladas de CO2
equivalente, que son liberadas a la
atmósfera como consecuencia del desarrollo
de cualquier actividad. Los datos
resultantes del cálculo se analizan para
determinar su importancia dentro de los
procesos de la entidad, definir las
actividades que están produciendo mayor
cantidad de emisiones y el lugar donde se
generan, para así establecer las medidas
respectivas para mitigar la
huella.
Según el tipo de emisión generada, en el
Protocolo GHG (de Gases de Efecto
Invernadero), se diferencian tres alcances: