Una empresa así, imbuida de un propósito
superior, con un afecto verdadero,
influyente e inspiradora, igualitaria y
comprometida con la excelencia, fiable, y
transparente, admirada e imitada, amada y
respetada, no es la entidad imaginaria de
una utopía. Existe hoy en el mundo real, hoy
en día hay apenas unas docenas, pero pronto
habrá cientos y miles. En las próximas
décadas, compañías así transformarán el
mundo llevarán a la humanidad a nuevas cotas
de bienestar espiritual y físico, de
vitalidad y de abundancia material.